Meseta de Somoncurá
7 diciembre, 2021
La meseta de Somuncurá es una extensa formación basaltíca precámbrica, donde se presenta una morfología de altiplanicie discontinua de origen volcánico de una altura media de entre 1000 msnm y 1200 msnm, con depresiones que albergan lagunas y cursos de agua permanentes o temporarios, formando un sistema endorreico que drena hacia los bordes de la formación generando cañadones o “rincones”.
Esta superficie plana elevada aparece interrumpida por sierras volcánicas cuyo origen se presume posterior al de la meseta y que alcanzan su altura máxima en el cerro Corona (1900 msnm).
En eras pasadas la región baja que rodea la meseta estaba sumergida, por lo cual, la altiplanicie formaba una estructura insular rodeada de agua. Este aislamiento sería la causa de las particulares características biológicas y los fuertes endemismos de la región.
Antropología
Se estima que la presencia humana en la meseta tiene una antigüedad de varios milenios. Se han encontrado pinturas y petroglifos en cavernas o formaciones rocosas que confirman esta teoría. Ya en el siglo XIX, la región estaba poblada por grupos humanos que presentaban algunos elementos diferenciados de otros grupos de aborígenes norpatagónicos. Practicaban la caza del guanaco y conservaban un sitio sagrado o de veneración llamado Yamnago.
En primer estudioso de la región fue el naturalista suizo Jorge Claraz, quien realizó diversas investigaciones documentando sus hallazgos. Años después Francisco Pascasio Moreno informó acerca de las prácticas religiosas o rituales de los aborígenes en el sitio sagrado de la meseta.