Un millón de perfumes que se respiran con el alma
11 septiembre, 2023
Primavera en Bariloche
Los días son más largos, a las 8 de la mañana ya está totalmente claro y hay buena luz aún pasadas las 20 horas; el sol entibia más la atmósfera, pero nada impide que una mañana corramos la cortina de nuestro cuarto y encontremos que está todo nevado.
Plantear unas vacaciones en estos meses significa trasladarse con un equipaje que incluya un poco de todo porque realmente nuestra adolescente nos puede sorprender. Lo más aconsejable es el estilo “cebolla”, o sea, poder superponer diferentes abrigos que a su vez puedan ser dejados de lado durante el día si la temperatura aumenta. En cuanto a las lluvias, no todas las primaveras son iguales y cada una tiene personalidad propia, de allí que es conveniente tener una campera impermeable.
El clima en la región continúa generalmente hasta fines de diciembre con estas alternativas, pero resulta una temporada magnífica para realizar excursiones lacustres, caminatas, cabalgatas, visitas a museos y fundamentalmente dejarse maravillar no sólo por los factores climáticos sino por el estallido de color que muestra la naturaleza. Rojos fosforescentes, amarillos vibrantes, marrones profundos, lilas, blancos, aparecen con sólo andar por la ciudad con la mirada atenta. A cada vuelta de una esquina cambia el paisaje con veredas con Notros, Prunus, Espinos o Sorbus que fueron plantados por iniciativa de un grupo de vecinos con apoyo del municipio. En los jardines los tulipanes y narcisos de los comienzos de la estación ya prácticamente han desaparecido para dar lugar los verdes claros de las hojas nuevas de las plantas que pierden sus hojas con el frío. Rododendros, Azaleas y el último momento de las Camelias recuerdan los sotobosques europeos con imponentes flores de variados colores. Las Syringas están en todo su esplendor con sus aromáticos racimos de flores color blanco, borravino, además del clásico lila, que les dio el nombre a todas ellas. Las llamadas coronas de novia acompañan a las Peonías, a una gran variedad de Iris y los Clematis Montana se trepan aportando un manto rosado o blanco a cercos y pérgolas. En lugares más húmedos están las Aljabas y las Aquilegias emergiendo con sus flores sobre sus matas, como si fueran pequeños pajaritos que han decidido interrumpir el vuelo.